Este estudio de caso examina la puesta en marcha en Sri Lanka de su Programa de Recuperación del Aprendizaje para minimizar la brecha de aprendizaje entre el punto en el que se encuentra realmente el alumno y el grado requerido, tras la reapertura del cierre de la escuela COVID-19.

Para evaluar los niveles de aprendizaje de los alumnos, el primer paso fue la realización de una prueba diagnóstica de rendimiento escolar basada en tareas. Los resultados de las pruebas sirvieron de base para la adaptación del plan de estudios y un enfoque mixto de actividades de recuperación en el aula, dirigidas por el profesor, y en el hogar, dirigidas por los padres. Ambos paquetes integraban la evaluación formativa, una serie de procedimientos de evaluación formales e informales llevados a cabo por los profesores durante el proceso de aprendizaje con el fin de modificar las actividades de enseñanza y aprendizaje para mejorar el rendimiento de los alumnos.

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